sábado, mayo 31, 2008

POR CIERTO, AMEN POR EL SERMON DE ESTA SEMANA DEDICADO A LA GRANDEZA FEMENINA..., PODEIS MARCHAR EN PAZ (Y CON TU ESPIRITU).

es broma, muy bonito ¿montse, supongo?

jueves, mayo 29, 2008

bueno, bueno... llevo mogollón sin entrar en el blog y me encuentro con cositas nuevas publicadas y una nueva visita en el chat (bueno vane ya que has roto el hielo tienes que seguir poniendonos cosiyas y ya te enseñaremos como escribir en el blog... ya ves que es facil si yo soy capaz, jejeje) bueno chavalines que creo que no tengo nada mas que deciros, que nos vemos el finde y que a ver cuando hacemos una fiestecilla joe, que ya esta bien!!!

ALVARO

lunes, mayo 26, 2008

UN DEFECTO EN LA MUJER


Dios hizo a la mujer el sexto día. Fue una jornada muy intensa de duro trabajo y de horas extras.

Un ángel apareció y le dijo: "Por qué le dedicas tanto tiempo a la creación de esta criatura ?

Y El Señor contestó: ¿ Has leído mi proyecto de lo que quiero conseguir con esta obra ?



“Debe ser completamente lavable, pero no ser de

plástico, tener más de 200 piezas movibles, todas

cambiables y ser capaz de funcionar con una dieta

de sobras o de cualquier cosa, tener un regazo que

pueda acomodar cuatro niños al mismo tiempo,

tener un beso que pueda curar desde una rodilla

raspada hasta un corazón roto y lo hará todo

solamente con dos manos y un solo corazón."


El ángel se maravilló

de aquel proyecto...

"Solamente dos manos....Imposible!“

¡¡Y este es solamente el modelo estándar...!!

“Es demasiado trabajo para un día, Señor.

Mejor espera hasta mañana para terminarla”


No, no esperaré, protestó el Señor.

Estoy ya muy cerca de terminar esta obra que es la creación favorita de mi corazón.

Ella se cura sola cuando está enferma, y

puede trabajar 18 horas al día.

El ángel se acercó más y tocó a la mujer.


¡¡ Pero la has hecho tan suave, Señor... !!

"Es suave, dijo Dios, pero la he hecho también

fuerte. No tienes idea de lo que puede aguantar ni de lo que es capaz de lograr”.

"Será capaz de pensar?" preguntó el ángel.

Dios contestó:

"No solamente será capaz de pensar sino también de razonar, de entender y de perdonar”


El ángel entonces notó algo y alargando la mano

tocó la mejilla de la mujer....

"Señor, parece que este modelo tiene una fuga...

Te dije que estabas tratando de poner

demasiadas cosas en ella"

"Eso no es ninguna fuga... es una lágrima“

lo corrigió El Señor.

¿ Para qué es la lágrima ? preguntó el ángel.


Y Dios dijo:

"Las lágrimas son su manera de

expresar su dicha, su pena, su desengaño, su

amor, su soledad, su sufrimiento, y su orgullo."

Esto impresionó mucho al ángel "Eres un genio,

Señor, pensaste en todo. La mujer es

verdaderamente maravillosa"


¡Lo es!

La mujer tiene fuerzas

que maravillan a los hombres.

Aguantan dificultades, llevan grandes cargas,

pero tienen felicidad, amor y dicha.

Sonríen cuando quieren gritar.

Cantan cuando quieren llorar.

Lloran cuando están felices

y ríen cuando están nerviosas.


Luchan por lo que creen.

Se enfrentan a la injusticia.

No aceptan "no" por respuesta cuando

ellas creen que hay una solución mejor.

Se privan para que su familia pueda tener.

Van al médico con una amiga

que tiene miedo de ir.

Aman incondicionalmente.


Lloran cuando sus hijos triunfan

y se alegran cuando sus amistades

consiguen premios.

Son felices cuando escuchan

sobre un nacimiento o una boda.


Su corazón se rompe cuando muere una amiga.

Sufren con la pérdida de un ser querido, sin

embargo son fuertes cuando piensan que ya no

hay más fuerza.

Saben que un beso y un abrazo

pueden ayudar a curar un corazón roto.


Sin embargo, hay un defecto

en la mujer...


¡¡ que se le olvida

lo muchísimo que vale !!


Mándales esto a tus amigas

para recordarles lo maravillosas que son.

Y también mándaselo a tus amigos

porque a veces los hombres necesitamos

que se nos recuerde el incalculable valor

que tienen las criaturas más bellas

y más esenciales de la tierra.


martes, mayo 06, 2008

CARTA A UN MALTRATADOR

Fernando Orden Rueda 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES Bioclimático, de Badajoz. II Premio del II Concurso Nacional 'Carta a un maltratador', convocado por la Asociación 'Juntos contra la violencia doméstica'

Para ti, cabrón: Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado... porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras... Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu 'método de disciplina' intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja?


Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe... La acobardas, la empujas, le das patadas…, patadas que yo también sufría.

Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos…Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender. Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!–dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada.
Me puse contento antes de tiempo.

Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez…Y sucedió.

Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre.

Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá. Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí.

Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cabrón: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida.

Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino. Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cabrón.