lunes, abril 03, 2006

LA FIESTA

Erase una vez que se era un lindo bosquecillo donde todos los animalitos vivían en
paz y armonía. Un día cualquiera llego el cumpleaños del pajarillo.
P.- Buenos días señora rana.
R.- Buenos días señor pajarillo.
P.- Hoy es mi cumpleaños y voy a dar un fiesta en mi árbol. Habrá música, mucha comida y bebida, haremos juegos y lo pasaremos muy bien. ¿Quiere usted venir a mi fiesta? Van a estar todos los animales del bosque.
R.- Claro que si señor pajarillo, no me lo perdería por nada del mundo.
p.- Muy bien señora rana, entonces quedamos en mi árbol a las siete.
R.- Vale allí estaré.
Y así con todos los animales del bosque, bueno, con casi todos.
P.- Buenos días señor conejo.
C.- Y tú, ¿qué coño quieres?
P.- Hoy es mi cumpleaños y voy a dar un fiesta en mi árbol. Habrá música, mucha comida y bebida, haremos juegos y lo pasaremos muy bien. ¿Quiere usted venir a mi fiesta? Van a estar todos los animales del bosque.
C.- No.
P.- ¿Y por que no? Si va haber una fiesta, con mucha comida, bebida y diversión.
C.- Pues porque no me da la gana, no quiero.
P.- Pero señor conejo, si va a ser estupendo y van a estar todos los animalitos del bosque.
C.- Mira pájaro de mierda, que no quiero, no quiero y no quiero. ¿Cómo puñetas te lo tengo que decir?
P.- Bueno, bueno, no se ponga así y perdone.

Y el señor pajarillo desistió del señor conejo y a las siete en punto empezó la gran fiesta del señor pajarillo, y a la vez una tormenta de verano de las que no habían visto ni los mas ancianos del lugar.
El señor conejo iba pululando como una linda mariposita por el bosque y se dio cuenta que este estaba desierto y se acordó de la fiesta del señor pajarillo y se dijo "Anda, claro no hay nadie por que están todos en a fiesta del pajarillo, y yo aquí como un tonto bajo esta lluvia. Como insistió tanto en que fuera me imagino que no habrá ningún problema en que vaya". Y dicho y hecho, se fue corriendo, bueno, saltando, y se plantó delante de la puerta del señor pajarillo y llamo a esta.
P.- Si, hola buenas tardes señor conejo.
C.- Hola buenas tardes y felicidades.
P.- Muchas gracias. ¿Qué quiere?
C.- Pues nada que como no hay nadie en el bosque y esta lloviendo anto si podría entrar a tu fiesta.
P.- Lo siento, pero se lo dije tres veces y las tres veces me dijo que no.
C.- Hombre, perdóname, no sabia lo que decía, pues claro que quería ir. ¿Quién se iba a perder la mejor fiesta del año?
P.- Que no señor conejo, que usted dijo que no y es que no.
C.- Pero hombre, perdóname, no ves que estoy aquí fuera, solo y empapado.
P.- Que no, no y no, y mil veces no.
Y con esto cerro la puerta de un portazo, dejando al pobre conejillo solo y
empapado bajo la lluvia.

Moraleja: Cuanto más duro se pone el pajarillo, más se moja el conejillo.


- El de las moralejas soy yo -

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